miércoles, 27 de septiembre de 2017

RUDECINDO CANELON Y LA BATALLA DE PANTANERO. 13 de Febrero de 1.814

RUDECINDO CANELON Y LA BATALLA DE PANTANERO. 13 de Febrero de 1.814


No nos gusta mucho escribir sobre la guerra de independencia, quizás porque lo que estamos acostumbrados a ver es siempre más de lo mismo, meras repeticiones de lo ya tantas veces visto;  hoy de manera excepcional vamos a recordar algunos de esos detalles que casi siempre permanecen olvidados…
Ayer 12 de febrero se conmemoraba la Batalla de La Victoria.  Hoy es recordada como un combate de un solo día, pero en realidad, se trató de una serie de combates  (una batalla prolongada) librados en lo que hoy llamamos Estado Aragua, los días 11, 12 y 13 de febrero, que iniciaron en el lugar denominado  Pantanero, al sur de La Victoria, el día 11, cuando las fuerzas republicanas fueron originalmente vencidas por las tropas realistas de Morales.
Los republicanos se replegaron al centro de La Victoria y el día doce se produce en esa ciudad el combate más conocido,  donde los republicanos al mando de José Félix Ribas (cuñado de Bolívar)  vencen a los monárquicos luego de una cruenta batalla.  La historia cuenta que al propio Ribas le mataron tres caballos en el fragor del combate (Nectario María, HISTORIA DE VENEZUELA p. 141).  Hoy apenas se menciona a Ribas, pero es justicia recordar que en el combate tuvieron destacadísima actuación el coronel Luis Rivas Dávila, comandante del “Escuadrón de Soberbios Dragones de Caracas” (o “Invencible), quien murió de un tiro de fusil.   Igualmente importante fue, entre otros la actuación del neogranadino Hermógenes Maza, (rara vez nombrado en nuestro país, pero de brillante actuación durante toda la guerra),   Mariano Montilla, Carlos Soublette, y Campo Elías, quien ya cuando casi flaqueaba Ribas, llegó en tropel a salvar la situación,  al llegar con sus refuerzos, entre otros.
Los héroes poco recordados de las jornadas de La Victoria, el español Campo Elías, el andino Luis Rivas Dávila y el neogranadino Hermógnes Maza

 EL ESPAÑOL QUE  ODIABA A LOS ESPAÑOLES
Uno de esos detalles semi-ocultos que nos gusta recordar es sobre este último: Vicente Campo Elías que no era venezolano, ni siquiera americano: era español, nacido en La Rioja, pero desde muy joven partidario de la república y siempre manifestó un odio terrible contra los españoles; decía que  " iba a acabar con todos los españoles y, luego, cuando no quedara ninguno, suicidarse para que no quedara ni uno solo de su raza".   En 1.813, en plena guerra a muerte,  luego de ocupar Calabozo se cuenta que degolló a unas tres mil personas. Sus crueldades no tenían que envidiar a las de Boves.  Poco le gusta recordar esto a nuestros historiadores.
RUDECINDO CANELON Y PANTANERO
Al día siguiente de la batalla de La Victoria, José Félix Ribas ordena a su capitán Rudecindo Canelón, emprenda la persecución de las fuerzas de Bóves, que derrotadas el día anterior tratan de reagruparse peligrosamente. 
Rudencio Canelón nació en el Tocuyo estado Lara, en 1.788, según los historiadores, se trataba de un hombre de carácter recio y de alto patriotismo y calificado de “audaz” “furioso”, “desesperado”  “algo atolondrado”. Desde los primeros años de la guerra de independencia había alcanzado el grado de oficial y había caído prisionero de los realistas, al mando de Monteverde  quienes encarcelaron primero en Coro y  luego lo habían enviado preso a las mazmorras del  Castillo del Morro situado en la isla de Puerto Rico en el año 1812, de donde logró escapar, regresando a Venezuela previo paso por la Nueva Granada, donde se incorpora al ejército expedicionario dirigido por Bolívar y José Félix Ribas para liberar a Venezuela. Durante la Campaña Admirable, Rudecindo Canelón participó en la liberación de las provincias de Mérida, Trujillo, Barinas y Caracas. En Araure con una columna de apenas menos de cien hombres atacó una fuerza combinada de los terribles Yanez y Ceballos, compuesta por más de tres mil hombres, que sorprendidos y engañados al creer que eran atacados por una fuerza superior emprendieron la huida. (Documentos de la Vida Pública del Libertador)  Simón Bolívar lo refiere así: “El Mayor Manrique que dejando su soldados tendidos en el campo, se abrió paso por en medio de las filas enemigas con solo sus oficiales Planas, Monagas Canelón, Luque, Fernández, Buroz y pocos más cuyos nombres no tengo presentes y cuyo ímpetu y arrojo publican Niquitao, Barquisimeto, Bárbula, Las Trincheras y Araure (Bolívar, Simón.Discurso pronunciado en el Templo de Francisco, Caracas, 2 de enero de 1.814)

 A primeras horas del día 13 de febrero, cuando todavía las tropas patriotas curaban a sus heridos y recogían los cadáveres de La Victoria, Ribas ordena a Canelón, Capitán del Batallón de Valerosos Cazadores, que persiga a la retaguardia de Bóves.  El capitán Canelón alcanza a las tropas realistas en el lugar llamado “Pantanero”, en el camino que conducía a Villa de Cura, Cagua y el resto del paísal Sur de La Victoria donde se libra una feroz batalla, donde una vez más se hace evidente su carácter volátil y arriesgado  y muere en el fragor del combate.
Monumento en el sector Pantanero, en La Victoria conmemorativo de la muerte de Rudecindo Canelon.
Seminario Santa Rosa de Lima, de donde salieron los seminaristas reclutados por Ribas para enfrentar a las fuerzas realistas.  Casi todos murieron al poco tiempo.
LOS SEMINARISTAS EN ARMAS
Un detalle que hoy es poco recordado es que buena parte de los soldados de Ribas no eran militares, sino jovencitos que estudiaban en el Seminario de Santa Rosa de Lima para convertirse en sacerdotes.  También había algunos estudiantes de la Universidad Real de Caracas.   Una muestra de lo cruento de la batalla y de la guerra de independencia en general, es que de los 85 aspirantes a curas reclutados murieron 79 durante los combates de febrero.  En marzo murieron otros 8.  Al final sólo habría quedado uno.  Esto produjo una escases de sacerdotes en Venezuela por muchos años.
Otro aspecto que los “historiadores oficiales” olvidan o minimizan es que al justamente los días de estos combates estábamos en plena etapa de la aplicación del Decreto de Guerra a Muerte:  Desde este día 13 hasta el 16 fueron fusilados en La Guaira y Caracas unos ochocientos españoles y canarios, quizás muchos inocentes, aplicando al horrible y necesario decreto que decía:  “Españoles y Canarios, contad con la muerte si no obráis activamente a favor de la República “  Así son las cosas.
Fuentes: 
Nectario María, HISTORIA DE VENEZUELA, Ed. Venezuela, Caracas, 1.943
Páez, José Antonio.  AUTOBIOGRAFIA. Librería y Editorial del Maestro.  Caracas. 1.946
Blanco, José Felix.Documentos para la historia pública del Libertador

TOMADO DE 
http://cronicasyotrashistorias.blogspot.com/2017/02/rudecindo-canelon-y-la-batalla-de.html

Escritos del Libertador Rudecindo Canelon


Rudencio Canelón patriota nacido en El Tocuyo y lucho justo con Bolivar

Rudencio Canelón patriota nacido en El Tocuyo y lucho justo con Bolivar


     Rudencio Canelón nació en el Tocuyo estado Lara, según los historiadores, se trataba de un hombre de carácter recio y de alto patriotismo, al momento de ser capturado y encerrado ya había alcanzado el grado de oficial. Mas adelante y debido al hacinamiento existente en los calabozos, fue trasladado al Castillo del Morro situado en la isla de Puerto Rico en el año 1812.

   De esa prisión logró evadirse a la Nueva Granada, donde se incorpora al ejército expedicionario dirigido por Bolívar y José Félix Ribas para liberar a Venezuela. Durante la Campaña Admirable, Rudecindo Canelón permitió la liberación de las provincias de Mérida, Trujillo, Barinas y Caracas.

  Al llegar el Ejercito Patriota a Caracas, Canelón estaba bajo las órdenes del General José Félix Ribas y, debe reclutar y entrenar a los hombres que ocuparán La Victoria, al trepar a las alturas de El Pantanero en la mencionada ciudad, para defender la capital del ejercito de Bóves.

  Rudesindo Canelón Capitán del Batallón de Valerosos Cazadores, murió el 13 de febrero de 1814, en la segunda batalla de La Victoria, oriundo del estado Lara, se involucra en la causa patriótica en Barquisimeto a partir de la Campaña Admirable con Simón Bolívar, llegó a ser Capitán de las Fuerzas Patrióticas y lo definieron como un “tipo muy atolondrado”, ya que solía enfrentarse sólo a grandes ejércitos.

Tomado de 
http://eltocuyohistoriacolonial.blogspot.com/2012/05/rudencio-canelon-patriota-nacido-en-el.html

#Opinión: Rudecindo Canelón, desconocido héroe larense Por: Francisco Cañizales Verde

La Historiografía Regional no había dedicado anteriormente, atención a la vida y hazaña, de un héroe de la virtud heroica de Rudecindo Canelón. Silva Uzcategui, apenas menciona el nombre de tan intrépido prócer militar tocuyano. El doctor Blas Bruni Celli, en su ensayo de “Procerato Tocuyano”, dice lo siguiente:”En este estudio, que reconocemos incompleto, queremos citar y hacer con esto justicia a su memoria por muchos olvidada de otros militares cuyos detalles de su vida no nos lo revelan los medios a nuestro alcance…entre otros, menciona al Capitán Rudecindo Canelón.
Para indicar sobre la vida y la hazaña de tan eximio prócer larense, nos anima el propósito de escribir su biografía, para lo cual, ya contamos con estos valiosos elementos de juicio: la Partida de su bautizo, prueba jurídica de su filiación y nacimiento y su más confiable documento civil. Los testimonios elogiados de Bolívar sobre el Capitán Canelón. Partes de Batallas donde participó Rudecindo Canelón y la nota necrológica suscrita por Antonio Muñoz Tebar, Secretario Interino de Guerra, publicada en la “Gaceta de Caracas”, el 28 de marzo de 1.814.
Como testimonio de significativa índole internacional, el parte suministrado por la historiadora borinqueña Raquel Rosario, que alude al presidio cumplido por el heroico paladín tocuyano, en el represivo Penal El Morro (Puerto Rico) donde la crueldad de las autoridades españolas, recluían a sus opositores de allende los mares. Rudecindo Canelón, nació en El Tocuyo, el 2 de marzo de 1.788. era hijo de Don Gerónimo Canelón y de Doña Rosa Escalona, ambos vecinos de la Ciudad Madre.
La vida heroica y la hazaña imperecedera del Capitán Rudecidno Canelón, ya fueron plasmadas en páginas de eternidad, por el ígneo verbo de Don Eduardo Blanco, quien tiene para el legendario héroe tocuyano, esta veraz y asombrosa alabanza: “Adrian Blanco, Jugo, Meza y Canelón, predestinados al martirio, de quienes la tradición apenas guarda la memoria, pero a quienes debió la libertad hechos preclaros y titánicos” (Blanco, Eduardo Venezuela Heroica, pág. 50).
La ínclita trayectoria de este prócer regional la podemos seguir con puntualidad, porque su nombre lo citan con orgullo documentos memorables, uno de ellos calzado con la descollante firma de nuestro Libertador. Si apreciamos bien la prestancia y valía de los héroes a cuyo lado, haciendo par y compañía, formaba fila el Capitán Canelón, no hay duda en afirmar que actuaba inspirado por el mismo fuego y profundo ideal patriótico de Ribas, de Urdaneta, de Montilla, de Soublette, de Rivas Dávila y de tantos invencibles paladines, con cuyo singular heroísmo se forjo la libertad de nuestro pueblo.
Es el excelso verbo del Libertador que menciona su nombre en el marcial campo de Araure: “El Mayor Manrique que dejando su soldados tendidos en el campo, se abrió paso por en medio de las filas enemigas con solo sus oficiales Planas, Monagas Canelón, Luque, Fernández, Buroz y pocos más cuyos nombres no tengo presentes y cuyo ímpetu y arrojo publican Niquitao, Barquisimeto, Bárbula, Las Trincheras y Araure (Bolívar, Simón.
Discurso pronunciado en el Templo de Francisco, Caracas, 2 de enero de 1.814)
Estaba señalado que la cita fatal del Capitán Rudecindo Canelón, sería en La Victoria, donde el decoro de la patria y el abnegado sacrificio de la juventud universitaria, dieron tan impetuosas pruebas de valor acendrado y de heroísmo incomparable. Decidido, tras incruentos esfuerzos, el glorioso triunfo, corona de las armas patriotas, con la reciedumbre varonil y el bizarro temple castrense de José Félix Ribas, de Mariano Montilla y del inmolado de esta inmortal jornada Rivas Dávila, se encomienda a Canelón de orden del Comandante en Jefe de la formación en batalla, la riesgosa misión de perseguir a Boves, que huía acobardado, al galope de su siniestra caballería, para evadir el acoso pertinaz a que estaba sometido a cargo de la persecución del ejercito patriota.
Pero, al dominar las alturas de Pantanero (La Victoria), casi al dar alcance al feroz asturiano, rinde su vida esclarecida el egregio prócer tocuyano quien en la vindicadora comisión postrera, puso por entero su prodigiosa pasión de libertad y el acerado temple de su espada gloriosa, en tantas hazañas heroicas, que le dan su nombre testimonio imperecedero de patriotismo y libertad.
Bienaventurados sean los pueblos que no se olvidan de sus hijos ilustres!

TOMADO DEL IMPULSO
http://www.elimpulso.com/opinion/opinion-rudecindo-canelon-desconocido-heroe-larense-por-francisco-canizales-verde

Rudecindo Canelón

Rudecindo Canelón

El Capitán de Cazadores José Rudecindo Canelón nació en El Tocuyo, el día dos de marzo de 1788, hijo de Don Gerónimo Canelón y de Doña Rosa Escalona, ambos vecinos de la misma localidad.
La vida heroica y la hazaña resplandeciente de Rudecindo Canelón ya fueron plasmadas en páginas de eternidad, por el ígneo verbo de Don Eduardo Blanco, quien tiene para el legendario héroe tocuyano, esta veraz y asombrosa sentencia.
Adrián Blanco, Jugo, Meza y Canelón, predestinados por el martirio de quienes la tradición apenas guarde memoria, pero a quienes debió la libertad ¡hechos preclaros y titánicos! (Eduardo Blanco).
Si nos fijamos bien en los héroes y sus nombres a cuyo lado, haciendo par y compañía, figuraba el Capitán Canelón, no hay duda en afirmar que actuaba inspirado por el mismo fuego revolucionario y el profundo ideal patriótico de Ribas, Rivas Dávila, Iribarren y de tantos otros invencibles paladines, con cuyo singular heroísmo se forjó la libertad de nuestro pueblo.
Era de aquellos recios veteranos que hicieron proezas inauditas en Tierritas Blancas, Araure, Virgirima y la Victoria, donde rindió su preclara vida, en holocausto a la emancipación.
Sea suficiente señalar, tomando otra vez el libro himno de Don Eduardo Blanco, para decir que el ardoroso y fogoso combate de La Victoria, cuando los contendores siembran de hazaña increíble ese campo sacro de nuestra emancipación, los numerosos escuadrones realistas van a estrellarse contra el baluarte de bayonetas que les oponen Montilla, Rivas Dávila, Soublette, Avala, Blanco, Jugo, Meza y Canelón y cien heroicos adalides prestos al sacrificio. Es una mención honrosa de nuestro prócer cuyo nombre corre inscrito en páginas en la propia mano de la gloria.
Lo más delicado y serio de Batalla de la Victoria, le fue encomendado a la responsabilidad de Rudecindo Canelón. Decidido tras heroicos esfuerzos, el esplendido triunfo corona de las armas patriotas, con la reciedumbre varonil y el bizarro temple marcial de José Félix Rivas, se encomienda a Canelón de orden del Comandante en Jefe de la formación en Batalla, la riesgosa misión de perseguir a Boves, que huía acobardado al galope de su diabólica caballería, para evadir el acoso pertinaz a que estaba sometido, casi para darle alcance, al dominar las alturas de Patanemo (La Victoria) rinde su vida ínclita el egregio prócer tocuyano, quien en la vindicadora Comisión postrera, su espada gloriosa en tantas hazañas de la libertad, que le dan a su nombre testimonio imperecedero y blasón de eternidad.
La Historiografía regional no había dedicado anteriormente atención a un prócer de la virtud heroica de Rudecindo Canelón. Silva Uzcátegui apenas menciona el nombre del paladín tocuyano, entre otros héroes larenses. El doctor Blas Bruni Celli en su ensayo Procerato Tocuyano dice lo siguiente: en este estudio que consideramos incompleto, queremos citar los nombres y hacer con eso justicia a su memoria por muchos olvidada, de otros militares, cuyos detalles de su vida no nos revelan los medios a nuestros alcance, ellos son: entre otros, los capitanes Rudecindo Canelón, etcétera.
Como el Capitán Rudecindo Canelón atesoró altos méritos y honores militares preclaros, que lo hacen digno acreedor de los Honores de Panteón, invocamos la potestad de la Asamblea Nacional, para que los restos del esclarecido prócer larense, moren en el Altar de la Patria al lado del Libertador, para honra de la Republica y blasón del estado Lara.
 TOMADO DE EL IMPULSO  http://www.elimpulso.com/opinion/rudecindo-canelon