RUDECINDO CANELON Y LA BATALLA DE PANTANERO. 13 de Febrero de 1.814
No nos gusta mucho escribir sobre la guerra de independencia, quizás porque lo que estamos acostumbrados a ver es siempre más de lo mismo, meras repeticiones de lo ya tantas veces visto; hoy de manera excepcional vamos a recordar algunos de esos detalles que casi siempre permanecen olvidados…
Ayer 12 de febrero se conmemoraba la Batalla de La Victoria. Hoy es recordada como un combate de un solo día, pero en realidad, se trató de una serie de combates (una batalla prolongada) librados en lo que hoy llamamos Estado Aragua, los días 11, 12 y 13 de febrero, que iniciaron en el lugar denominado Pantanero, al sur de La Victoria, el día 11, cuando las fuerzas republicanas fueron originalmente vencidas por las tropas realistas de Morales.
Los republicanos se replegaron al centro de La Victoria y el día doce se produce en esa ciudad el combate más conocido, donde los republicanos al mando de José Félix Ribas (cuñado de Bolívar) vencen a los monárquicos luego de una cruenta batalla. La historia cuenta que al propio Ribas le mataron tres caballos en el fragor del combate (Nectario María, HISTORIA DE VENEZUELA p. 141). Hoy apenas se menciona a Ribas, pero es justicia recordar que en el combate tuvieron destacadísima actuación el coronel Luis Rivas Dávila, comandante del “Escuadrón de Soberbios Dragones de Caracas” (o “Invencible), quien murió de un tiro de fusil. Igualmente importante fue, entre otros la actuación del neogranadino Hermógenes Maza, (rara vez nombrado en nuestro país, pero de brillante actuación durante toda la guerra), Mariano Montilla, Carlos Soublette, y Campo Elías, quien ya cuando casi flaqueaba Ribas, llegó en tropel a salvar la situación, al llegar con sus refuerzos, entre otros.
Los héroes poco recordados de las jornadas de La Victoria, el español Campo Elías, el andino Luis Rivas Dávila y el neogranadino Hermógnes Maza |
EL ESPAÑOL QUE ODIABA A LOS ESPAÑOLES
Uno de esos detalles semi-ocultos que nos gusta recordar es sobre este último: Vicente Campo Elías que no era venezolano, ni siquiera americano: era español, nacido en La Rioja, pero desde muy joven partidario de la república y siempre manifestó un odio terrible contra los españoles; decía que " iba a acabar con todos los españoles y, luego, cuando no quedara ninguno, suicidarse para que no quedara ni uno solo de su raza". En 1.813, en plena guerra a muerte, luego de ocupar Calabozo se cuenta que degolló a unas tres mil personas. Sus crueldades no tenían que envidiar a las de Boves. Poco le gusta recordar esto a nuestros historiadores.
RUDECINDO CANELON Y PANTANERO
Al día siguiente de la batalla de La Victoria, José Félix Ribas ordena a su capitán Rudecindo Canelón, emprenda la persecución de las fuerzas de Bóves, que derrotadas el día anterior tratan de reagruparse peligrosamente.
Rudencio Canelón nació en el Tocuyo estado Lara, en 1.788, según los historiadores, se trataba de un hombre de carácter recio y de alto patriotismo y calificado de “audaz” “furioso”, “desesperado” “algo atolondrado”. Desde los primeros años de la guerra de independencia había alcanzado el grado de oficial y había caído prisionero de los realistas, al mando de Monteverde quienes encarcelaron primero en Coro y luego lo habían enviado preso a las mazmorras del Castillo del Morro situado en la isla de Puerto Rico en el año 1812, de donde logró escapar, regresando a Venezuela previo paso por la Nueva Granada, donde se incorpora al ejército expedicionario dirigido por Bolívar y José Félix Ribas para liberar a Venezuela. Durante la Campaña Admirable, Rudecindo Canelón participó en la liberación de las provincias de Mérida, Trujillo, Barinas y Caracas. En Araure con una columna de apenas menos de cien hombres atacó una fuerza combinada de los terribles Yanez y Ceballos, compuesta por más de tres mil hombres, que sorprendidos y engañados al creer que eran atacados por una fuerza superior emprendieron la huida. (Documentos de la Vida Pública del Libertador) Simón Bolívar lo refiere así: “El Mayor Manrique que dejando su soldados tendidos en el campo, se abrió paso por en medio de las filas enemigas con solo sus oficiales Planas, Monagas Canelón, Luque, Fernández, Buroz y pocos más cuyos nombres no tengo presentes y cuyo ímpetu y arrojo publican Niquitao, Barquisimeto, Bárbula, Las Trincheras y Araure (Bolívar, Simón.Discurso pronunciado en el Templo de Francisco, Caracas, 2 de enero de 1.814)
A primeras horas del día 13 de febrero, cuando todavía las tropas patriotas curaban a sus heridos y recogían los cadáveres de La Victoria, Ribas ordena a Canelón, Capitán del Batallón de Valerosos Cazadores, que persiga a la retaguardia de Bóves. El capitán Canelón alcanza a las tropas realistas en el lugar llamado “Pantanero”, en el camino que conducía a Villa de Cura, Cagua y el resto del país, al Sur de La Victoria donde se libra una feroz batalla, donde una vez más se hace evidente su carácter volátil y arriesgado y muere en el fragor del combate.
A primeras horas del día 13 de febrero, cuando todavía las tropas patriotas curaban a sus heridos y recogían los cadáveres de La Victoria, Ribas ordena a Canelón, Capitán del Batallón de Valerosos Cazadores, que persiga a la retaguardia de Bóves. El capitán Canelón alcanza a las tropas realistas en el lugar llamado “Pantanero”, en el camino que conducía a Villa de Cura, Cagua y el resto del país, al Sur de La Victoria donde se libra una feroz batalla, donde una vez más se hace evidente su carácter volátil y arriesgado y muere en el fragor del combate.
Monumento en el sector Pantanero, en La Victoria conmemorativo de la muerte de Rudecindo Canelon. |
Seminario Santa Rosa de Lima, de donde salieron los seminaristas reclutados por Ribas para enfrentar a las fuerzas realistas. Casi todos murieron al poco tiempo. |
LOS SEMINARISTAS EN ARMAS
Un detalle que hoy es poco recordado es que buena parte de los soldados de Ribas no eran militares, sino jovencitos que estudiaban en el Seminario de Santa Rosa de Lima para convertirse en sacerdotes. También había algunos estudiantes de la Universidad Real de Caracas. Una muestra de lo cruento de la batalla y de la guerra de independencia en general, es que de los 85 aspirantes a curas reclutados murieron 79 durante los combates de febrero. En marzo murieron otros 8. Al final sólo habría quedado uno. Esto produjo una escases de sacerdotes en Venezuela por muchos años.
Otro aspecto que los “historiadores oficiales” olvidan o minimizan es que al justamente los días de estos combates estábamos en plena etapa de la aplicación del Decreto de Guerra a Muerte: Desde este día 13 hasta el 16 fueron fusilados en La Guaira y Caracas unos ochocientos españoles y canarios, quizás muchos inocentes, aplicando al horrible y necesario decreto que decía: “Españoles y Canarios, contad con la muerte si no obráis activamente a favor de la República “ Así son las cosas.
Fuentes:
Nectario María, HISTORIA DE VENEZUELA, Ed. Venezuela, Caracas, 1.943
Páez, José Antonio. AUTOBIOGRAFIA. Librería y Editorial del Maestro. Caracas. 1.946
Blanco, José Felix.Documentos para la historia pública del Libertador
Fuentes:
Nectario María, HISTORIA DE VENEZUELA, Ed. Venezuela, Caracas, 1.943
Páez, José Antonio. AUTOBIOGRAFIA. Librería y Editorial del Maestro. Caracas. 1.946
Blanco, José Felix.Documentos para la historia pública del Libertador
TOMADO DE
http://cronicasyotrashistorias.blogspot.com/2017/02/rudecindo-canelon-y-la-batalla-de.html
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